jueves, 8 de diciembre de 2011


Vivir, ansiar poder, gritar libertad, escribir todos los besos que podáis y editarlos cuando os plazca, hacer de vuestro verbo poder algo inmenso, algo mágico, algo semejante al oro, a las joyas, al dinero y hasta a la felicidad, semejante al poder que conlleva el grito, el llanto o la carcajada, y no esperéis a la muerte como algo terrible, sino cansaros de la vida y llegar al final como si fuera un día más.

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