jueves, 12 de agosto de 2010

Felicidad garantida

Todos. Todos los seres humanos del mundo necesitamos varias cosas para ser feliz, o simplemente para vivir relativamente bien. Cuando eres adulto tienes la necesidad de formar y construir con tus propios pirales una familia. En ese momento, es algo verdaderamente extraordinario. Modelar y fabricar el gran troco de tu vida, sueles soñar con eso.
Cuando eres realmente pequeño, tan solo el hecho de vivir bien y de jugar, te hace ser feliz.
En la época de la juventud, tener amigos y una relación te hace sonreír. Hay algo que todos, en todas las épocas, deseamos y tenemos en nuestro cuerpo, el hecho de tener un corazón y que lata por nosotros. Al invadirnos la alegría se convierte en nuestro gran aliado. Un mejor amigo. Al corazón le gusta. Le sienta bien al alma. Al suceder todo lo contrario, que la felicidad y alegría se escabullan, el corazón y nuestra gran alma les acompañan. No se sabe quien impone a quien a salir huyendo y escabullirse, pero al final, todos te dejan solos. Alguien empuja a alguien. ¿La infelicidad a la felicidad?, supongo que empieza a si, y después, todos acaban empujándose y insultándose entre sí. Echándose las culpas el uno al otro, sinceramente, lo hacemos porque nos aburrimos mucho, ya que echamos demasiado de menos a las sonrisas. Y buscamos raramente los enfados. Después, saboteados por la soledad, tan solo las lagrimas de añoranza, te acompañan. Te invaden y te hunden. Reconstruyen tu vida. Construyen una cruel vida. El corazón y ahora tu alma, corren, huyen y se esconden. Escondidos, difícil que vuelvan a ti. Corren porque creen que tus sucias lagrimas se apoderaran también de ellos. Huyen atrapados por las garras de la soledad. Se esconden por puro miedo. Se escapan de tu cuerpo. Tienen temor a la lucha. No salen a combatir con la marginalidad. Tu tampoco. Pero no puedes evitarlo.

La verdad de todo esto, es que yo creo, que en nuestro sucio y extraordinario cuerpo hay un hueco para todo. Uno para soledad. Otro para los enfados. Para las mentiras, los engaños y las discusiones, también. No nos pasa nada, si un día, la soledad nos invade. No pasa nada, si la maldad nos intenta ahogar en los lagos creados por nuestros llantos. No pasa nada. Nos afectara. Seguramente nos tiraran al vacio, y al instante nos hundiremos, pero te lo aseguro, no nos ahogaremos. Somos lo bastante fuertes. Tendremos ese trocito de nuestro magnifico cuerpo, que nuestra alma nos guarda, para sacar. Tendremos la felicidad guardada en unas magnificas cajitas realmente esplendidas. Tenemos una felicidad garantida para nosotros. Pero no lo sabemos. ¿Pero no crees, que es realmente extraño que nunca te ahogues?. Es evidente, tu alma llega a tiempo para que pueda darte esa cajita de felicidad. Es en ese momento, cuando ves la mano ofreciendo su ayuda. Ves, la felicidad entregando para ti las mejores sonrisas del momento.

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