Nos equivocamos y reaccionamos. Somos un ser vivo capaz de progresar, o por lo menos, eso creemos ser. Nos caemos y quizás, si tenemos fuerzas, nos levantamos. Somos seres humanos, espero. Mentimos y nos hacemos daño. A nosotros mismos y a personas cercanas. Tras esto, conduzco a una pregunta, ¿en realidad somos personas? O tan solo un prototipo capaz de "amar" y dañar. En una pequeña conclusión, podríamos determinar que eso es lamentablemente cierto. Sin saber muy bien el porqué, hacemos eso. Supongo que cegados por nuestra propia ignorancia evolucionaria, tal vez. Ya que por momentos, somos más ignorantes a las cosas de la vida y más aún, a lo que conmueve estar en ella. Cada vez que va pasando el tiempo nuestro progreso se va por una parte, consumiendo. Nuestra inteligencia cada vez, se va exponiendo a nuestro día a día, más y más pequeña cada vez. Por la parte de la ignorancia, crece. La ignorancia aumenta. Algo malo. No evolucionamos ese concepto verdaderamente bien. No sabemos realmente como la tendríamos que desarrollar. En algo que si que progresamos es en la acción de echar las culpas a alguien ajeno. Algo cruel. Con esto, podríamos decir y concluir con este tema diciendo, que simplemente, no nos han enseñado como deshacer o por lo menos disminuir la ignorancia. Probablemente, no nos han programado como tendríamos que estar diseñados. “No es culpa nuestra”. Ya que cada uno de nosotros somos unos pequeñitos e insustanciales prototipos en un mundo diseñado para tan solo, corruptos. Corruptos e infelices. Pero, a medida que la ignorancia se va haciendo con un control, por suerte insignificante de nuestras mentes, cada día más y más personas gracias a ello, conmueven a esas otras, haciendo destructible la soledad. Gracias a la ignorancia. Por finalización, tan solo me cabe de decir, que en parte nuestra ignorancia y el desconocimiento de la vida transcurre y se detiene por el saber. Ignoramos porque sabemos. Y sabemos porque conocemos demasiadas cosas. Las ignoramos ya que sabemos la verdad. Aprendemos tal y como ignoramos, con prudencia.
Una amiga mía decía, que si nos diéramos cuenta antes de las cosas, quizá no ignoraríamos. Le conteste, en general cambiando todo su concepto; es raro, pero yo ante todo, creo, que ignoramos ya que en realidad sabemos la verdad de esa cuestión. Quien sabe la verdad, ignorara la realidad.
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