lunes, 2 de agosto de 2010

¿Seguirás creyendo que te quiere?

¿Tan solo un hombre?. Amiga mía, te lo he dicho un millón de veces, y te seguiré repitiendo que no te merece. Es un hombre oscuro, malvado y repugnante. Y tu todo lo contrario, una mujer radiante, bondadosa y sobretodo agradable. Pero lo peor, es que todos esos adjetivos te están cegando, no puedes con ello. Y mucho menos, con él. Y no sabes quién es. Buscas con inseguridad entre tus espaldas, pensando que ahí se esconde el hombre que te hace daño. Yo te digo que es él quien te tira al vacio. Pero ya que cegada de su amor falso, no lo ves. Ya que por su culpa, tu vista esta nublada. Tu felicidad acabada, agotada. Liquidada, extendida en el suelo. Rebajada tras su perverso amor. Al hundirte, no reconoces tu bella sonrisa en el espejo. ¿Sigues creyendo que te quiere?, te respeto. Pero que sepas que él sigue, seguro, riendo a tu costa. Falseando con te quiero falsos y abrazos que esconden mentiras. Pura malvad y ignorancia sobre tu persona. Tras caerte y ahogarte en su trampa. Esa trampa que apenas veías por su desquiciado “amor”, si se puede llamar amor. No puedes hacer nada, te ha atrapado y no te deja salir, tan solo te deja sufrir. Sufrir entre paredes entrañas y oscuras, ocultando ese corazón artificial. Tras angustiarte. Todo es peor. No paras de llorar. Con llantos, no lo podrás arreglar. Tan solo te ahogaras. Crearas un lago donde no te podrán sacar. Intentas por encima de todo no hundirte. Necesitas ayuda, pero tan solo encuentras su mano, tras empujarte y burlarse de ti vuelves a creer en aquella persona que te ha hecho tantísimo daño. Aquel hombre que tan solo te sacaba lagrimas tras mentiras. Aquella persona que te decía te quiero con tanta falsedad. Falsedad es la palabra, rabia es el pensamiento que yo siento al saber todo esto. Coges su mano, sin saber porque, la aprietas, supongo para poder notar en más potencia su piel, para ti su dulce piel. En verdad, coges, aprietas y notas su maligna garra. Pero tú no lo ves. No sabes ni que es maligna. Él, al ver que has cogido su mano para una simple ayuda, se ríe. No sabes que se ríe de ti. Pero al ver sus ojos, lamentablemente te hundes en puro placer. Él aprovecha esa situación para jugar contigo. Para hacerte daño. Burlarse y criticarte. Pero cuando te giras, te sonríe y te lanza un beso. Te vuelve a conquistar y le vuelves a amar, te pide perdón y se lo concedes. Le concedes si saberlo, una rampa para que pueda preparar mejor su trampa. Para que deslices y te caigas. Esa trampa con la que te encontraras dentro poco abajo, en lo oscuro, sin ver nada, ni a nadie. No hay almas en ese lugar, tan solo estará la tuya. Marginada y hundida. Agotada por tanto amor crudo. En plena sonrisa suya, sin saber porque recuerdas su maldad, en esa ocasión ves odio en su mirada. Escuchas tan solo falsedad en sus palabras. Palpas, una piel inmadura. Una mirada amarga y agria. En general, ves la realidad sin corrupciones. Como tendría que ser todo. Al ver la verdad, lo entiendes todo. Odias los malos momentos pasados por esa simple persona. Algo que crees nefasto si se trata de él. Ahora, imposible ver la suavidad en sus abrazos. Antes, desgraciadamente bondadosos todo lo que se tratara de él. Al ver el odio y su gran ira. Su repleta maldad en su alma. Cuando ves que lo tienes a tu favor. Cuando ves que él piensa que lo es todo para ti. Tú, tú misma, tú y tu gran valor juegan con él. Ahora es él el que sufre. Él, sin saber porque llega a donde tu estabas. A su magnífica trampa. Tras verlo en el suelo, recuerdas tus días sin luz. Recuerdas la búsqueda de la calma. Te llega a la memoria a tu vil compañía, la oscura soledad. Recuerdas tu inmenso bosque, donde encontrarte a ti mismo era más complicado que no llorar. Tras reflexionar recuerdas tu lago. Tras pensártelo lo encuentras. Y después de planear tu venganza, llegas a la conclusión que tirarlo al lago que tú mismo has creado por culpa de sus malditas mentiras es lo mejor. Hay gente que dice, que verlo ahogándose es sus falsos te quiero, en sus malvados abrazos y sus oscuros besos, es lo mejor. Inténtalo, haber que es mejor.

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