lunes, 20 de septiembre de 2010

La mente más codiciosa

Nuestra mente, no creo que nadie llegue nunca a controlar su propia mente, o lo que piensa o simplemente lo que hace. Ya que toda nuestra mente es verdaderamente extensa y inexplicablemente compleja para cada uno de nuestros ojos. Gracias a ese trocito de nuestra cabeza se realizan millones de movimientos al día. Algo extraño. Y a la vez, al saberlo, nos preguntamos, ¿quien crea la mente de cada uno?. No lo sé. Y no creo que lo lleguemos a saber nunca. Es cutre, y nefasto, pero verdaderamente cierto. A lo mejor, pensaremos en una idea que nosotros mismos crearemos, pero nunca acabaremos con la verdadera conclusión. Y otra cosa que me pregunto y nadie me suele contestar, es que, ¿quién nos ha creado a nosotros? Todo nuestro organismo quiero decir, habrá sido ese “ser humano” llamado, ¿Dios? ¿La naturaleza, tal vez? ¿Nosotros mismos? ¿O hemos ido evolucionando con nuestro estimado tiempo? Esto, tampoco lo llegaremos a saber nunca. Os preguntareis, y ¿porque lo decís entonces?, pretendo que vos mismo recapacitéis en ello. Pero hoy, dejaremos en banda esto, y llegaremos a una pequeñita conclusión de cómo ha sido desarrollada nuestra mente, tan solo esa parte. ¿Fácil? ¡Pues no! Pensareis que lo complicado seria llegar a saber la otra parte, la gran verdad. Os recuerdo que tan solo tengo 14 años, no llego para tanto, lo siento. Y mucho menos mi mente. Y es ahí donde os quería llevar, por si no lo sabíais, cada uno tiene un tipo de mente diferente acorde a su edad y a su sabiduría. Cuanta más sabiduría, más mente, lo mismo que el tiempo, (por mi opinión, casi sinónimo de la sabiduría), cuanto más tiempo vivido, más mente tendrás. Algo lógico, ¿no creéis?. Es probable que también os preguntéis que es la mente, o simplemente que hay dentro de la cajita que ella misma suele guardar. Guarda muchísimas cosas. Esto tampoco lo llegaremos saber nunca, hay tantas cosas ocultas en este, nuestro gran curioso mundo que no llegaremos nunca a experimentar del todo. Pero creo que guarda, sabiduría. Felicidad. Y mentiras. Ahí dentro, hay todo un universo creado “por nosotros” justo al nacer. Desarrollado justo al vivir. Empleado, tras desarrollarlo. ¿Y qué es? Es el sentimiento que nosotros siempre queremos ser, donde se experimentan todas y cada una de nuestras actividades. La valentía, la voluntad. Toda nuestra actitud, todos y cada uno de los malos y, por supuesto buenos recuerdos esquivados por la soledad (algo que también se guarda). E incluso, en una esquinita inmensa bañada de alegría suele encontrarse el amor. Todo se guarda hay dentro. ¿Y cómo se crea?, quiero decir, ¿Cómo la hemos creado? Es fácil, la mente en si, como definición del diccionario es la inteligencia de cada uno. Y la inteligencia es el conocimiento y la comprensión de la cosas. Conduzco a mi conclusión, la mente creo yo, se construye al conocernos a nosotros mismos. Si no nos conocemos, por mucha técnica intelectual que tengamos nunca llegaremos a poseer la mente más codiciosa, que es la de uno mismo. Mente, es igual a conocimiento. Conocimiento, a sabiduría. Sabiduría es igual a tiempo. Y tiempo a nuestra mente, gran proceso.

2 comentarios: