jueves, 2 de diciembre de 2010

Firmado, un trotamundo


Al empezar un escrito normalmente los grandes escritores se describen a sí mismos, o al personaje que tienen en mente. Inventan una edad, piensan sobre los diversos rasgos que puede tener el personaje o simplemente se levantan, se miran al espejo y escriben, puede que con mentiras, los que tienen ellos. El autor describe sus aficiones y es probable que también se las invente buscando una imaginación perfecta y extensa, donde no haiga ninguna barrera. Yo en cambio creo que no lo haré, ya que no me dedico a la enseñanza, no os enseñare mi vida, ni mucho menos os la redactare en forma de verso, no se me da muy bien la poesía. Pero me encanta, siempre que puedo leo . “Puedo escribir los versos las tristes esta noche.”. El autor, Pablo Neruda es increíble, como el poema. No lo conozco, pero seguro que es una persona admirable. En cambio yo no lo soy, creo que el 70% de la gente que me encuentro por la calle me desquicia y piden gracias por no ser yo. Es extraño pero en tan solo una línea he podido describir lo que dije que no haría, a mí y al resto del mundo nos encanta las mentiras, nos encanta mentir y persuadir la inocencia ajena. Engañarnos mutuamente buscando crear una vida y un mundo perfecto, yo en cambio no hago nada, suelo pasar todo el día sentando en una especie de bordillo esperando a que anochezca el día y con él mis ilusiones de que empiece otra vez. Es por eso que yo mismo me desquicio. En ambas direcciones huelo a un olor espantoso, os lo juro, podría perforar cualquier cosa simplemente por esa peculiar esencia. Mi ropa tampoco es nada elegante, creo que es por eso que las madres de los niños pequeños que pasean por mi zona no dejan acercarse mucho a mi, llega el momento en que uno se acostumbra. La verdad es que todos, por obligación, debemos acostumbrarnos a nuestra vida, porque seguramente, el que este leyendo esto tendrá una vida fácil. Una vida con dinero y unas pequeñas aficiones, algunos, y grandes otros. He observado en oculto toda vuestra sociedad, e incluso con ello, he llegado a comprender el amor como una necesidad básica. El dinero como un placer social. Las aficiones como una alternativa y la felicidad como una gran solución. Tras reflexionar en ello, ocupando el grandísimo tiempo libre que me proporciona mi vida, me atrevería a decir que nuestra vida la narra cada uno la suya, todo esto en forma de historia creada simplemente por nosotros y por nuestra imaginación. Creo, que nosotros mismo inventamos la edad que nos gusta parecer, inventamos nuestras arrugas y nuestras imperfecciones, nuestra simpatía y nuestro mal humor. Nosotros somos quienes buscamos nuestras aficiones y quienes creamos nuestros mayores vicios. Nosotros sin ninguna barrera, nos inventamos.

1 comentario:

  1. ¿Sabes que los personajes de mis historias siempre se parecen un poco a mí? Supongo que es algo que no puedo evitar :3

    Como siempre, un gran texto:D

    ResponderEliminar