La vida es algo raro. Naces, vives tus días necesarios y mueres. ¿Hasta? ¿No hay nada más? No creo que nadie pueda afirmar eso con gran exactitud, porque no creo que nos dejen morir así como así. No creo que nos dejen llevar una vida con la gran curiosidad de su significado para que tan solo, luego solamente hayan estas tres simples cosas y nada más. No creo que sea así.

Vivimos con la gran curiosidad de que es la vida, y para que servirá. I que abra después, o simplemente que abra entre medio. Porque cuando estás en ese proceso viviendo con gran exactitud las subidas, las bajadas o simplemente todo lo liso de la gran montaña rusa piensas y reflexionas el porqué de esta vida. Pensamos como hemos vivido y como estamos viviendo, y que abra más allá o tan sólo que estarán haciendo los demás y porque yo no lo hago. Pensamos que la vida es un complicado reto que nos dan. I yo pienso igual. Nos dan los días necesarios para que hagas tus cosas y mueres. Decirlo así es nefasto. Pero es eso, si el reto a salido bien, mueres feliz, con una vida llena de sabiduría, de agradecimientos y abrazos, llena al completo de momentos imborrables. Pero si no, mueres infeliz, mueres con todo los baches que te has podido encontrar por el camino, porque cuando mueres vuelven a ti. ¿Pero, no hay nada más? Me gustaría muchísimo responder a esa pregunta. Me gustaría saber que la vida no es solamente un reto, que la vida no son días que nos ha dado alguien para que juguemos a algo “divertido”. Porque las vidas, en sí. Son años que nos ha dado alguien para que los bañemos de momentos felices, de alegrías y de risas. De diversión cien por cien asegurada.

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