sábado, 17 de julio de 2010

Yo sigo mi camino

Y si me dejas vivir? Y si me dices la verdad? Y si por si acaso me quieres, me lo demuestras?, gracias, será mejor para mi...
Os lo aseguro todas estas preguntas, en su momento, no se dignan a contestar. Nunca se encuentran con la respuesta adecuada, así que llegamos a nuestra propia respuesta esa que generamos con nuestras propias preguntas. Y en ese momento llegamos a una conclusión agria y desagradable que aterrizamos a ella sin saber porque, por largos caminos oscuros, donde ahí, no hay felicidad, no existen ni las montañas que puedas subir. Porque hay, en esa misma vía, me doy cuenta que olvidarte será mi mejor opción. Aunque el vacio de mi cuerpo se haya más y más grande cada vez, sin poder evitarlo. Sin poder tener ese beso tuyo que lo pare, que me tranquilice y que convierta a este plebeyo sin armadura y sin ninguna razón de vivir en un reí con su corona. Sin ninguna de estas cosas, me intentare dar cuenta que sin ti, puedo vivir, aunque no me lo crea. Aunque ese pensamiento se me niegue de la cabeza, aunque se me haya borrado de mi corazón lo de no vivir contigo.

No lo comprendo, lo siento. No comprendo tantas mentiras juntas saliendo de tu boca. No me lo creo, no me creo que me hayas estando mintiendo en este tiempo. No me entra en la cabeza que me ocultaras tanto en tan poco tiempo. ¿Por qué?, ¿una aprovechación del enamorado?, no te veía capaz, ahora sinceramente, no lo sé. Hoy te veo sucia, a lo lejos. Se me a nublado la vista. Tan solo te veo oculta entre los tenebrosos arboles donde tú me enviaste, al llamado bosque de la soledad. Donde los mares son creados por mis llantos. Donde los rayos, son solo reflejos de mi ira. Donde mi mayor regalo, mi mayor compañía y mi única confianza se guarda en un baúl de total y simple marginalidad. Cuando uno está ahí, en el bosque donde lamentablemente te han enviado, sin dar ninguna explicación. Intentamos huir. Intentar saltar, es lo único que nos sale. Gritar hasta que nos escuche alguien, llorar hasta crear océanos. Incluso intentamos volar hasta tocar el cielo con nuestra cabeza, algo que ahora vemos como una estupidez, pero cegados de soledad, no nos queda más opción. I al fin, salir, huir de esa gran maldad. Al final desaparecemos sin mas de ese extenso bosque. Algunos dicen, que cogen el vagón de la montaña hasta llegar al grado de felicidad que creen equilibrado acorde a su vida, otros que sencillamente saltan, ríen, y intentan volar hasta llegar a lo alto de la pequeña montaña que de momento ellos mismos se han creado, hasta llegar a la infinita y última gran montaña. Yo sigo mi camino. Sigo mi mismo camino de siempre. Sigo un largo camino, relajante y atento a nuevas expectativas. Sin dejar de prestar atención a cualquier llanto que se me escape para inmediatamente, justo cuando salga, justo cuando se separe de mis ojos apenados, justo cuando se alejen de mi cuerpo, poder taparlo con puras y simples sonrisas. Sonrisas que en el largo camino, son grandes compañías. Lindas y hermosas amigas. Con ellas saltaras y inventaras unas montañas. Sigue mi camino, yo estoy por el principio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario