martes, 27 de julio de 2010

Yo frente a ellos te enseño

Ayer me conecte y al conectarme me habla una chica para decirme que mis textos le encantan, con eso me vuelvo loco, tengo ganas de palabras, de inventar montañas. De plasmarme en folios, y arrancar sentimientos de mi mente. De convertirme en letras, mis grandes amigas. Mis textos gustan. O eso dicen, al día siguiente me habla otra persona para decirme que haga un texto para una amiga suya. Dice que yo sé, que a mí me salen bien. Esto me gusta, lo veo bien. Esto me interesa. El escritor compulsivo, no parara de trabajar. Lo juro. Gracias a vosotros. Espero que mis textos se hagan más y más leídos cada vez. Este texto lo he hecho porque me lo han pedido pero pensando en mucha gente en especial. Sinceramente, esto va por vosotros.

Pura amistad. Pura y limpia amistad. Pura, limpia y dulce acompañante es para mí tu amistad. Algo inverosímil, algo que pocos tienen y muchos sueñan tener. Yo frente a ellos te enseño, les enseño la que fabrica mi felicidad. Esa eres tú. La que me acompaña día y noche en mi largo camino, para que no me sienta solo. Esa amistad, que si algo hago mal, me ayuda. Esa que está conmigo en cada vagón que cojo, da igual que no sea el indicado, da igual que la montaña que vaya a subir no esté bien hecha o simplemente no esté preparada para mí, tu lo haces posible. Tu transformas dicho monte, en la montaña de mis sueños . Eres tú y solamente tú la que aclara mi vista cuando esta nublada, cuando apenas veo la felicidad escondida en unos tenebrosos arboles realmente extraños. En esos momentos mi diversión se encuentra en el bosque de la soledad, donde si por si acaso me envían, tu siempre me encuentras, me salvas de la asquerosa maldad. Tú los apartas de mi camino. Me dejas que siga con claridad, ya que sabes que tan solo con tu cuidado me basta. Tan solo con tu amistad. Tu cuidado me transforma. Me transforma una cristalina gota de lagrima en limpias sonrisas. No me dejas crear océanos con mis llantos. Contigo el cielo es limpio, porque sabes que los rayos son creados por mi ira, y tu no dejas que haiga odio en mi mirada. No me dejas ni que me sienta mal, buscas mi perfecta felicidad. Y gracias a ti, la encuentro. Y cuando la encuentro, no me dejas que la deje escapar, me haces abrirle los brazos. Eres tú la que me la cuida por mí. Ara que tú has hecho todo esto por mí, me toca a mí. Yo lo intento con mis textos.

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