martes, 16 de noviembre de 2010

El guardian del cielo

Ayer tuve un sueño. ¿Queréis saber cuál es?, mejor dicho, ¿os importa si os lo explico? Bueno, la verdad es que no era un sueño, era una especie de visión. Veía lo que iba a ser de grande o lo que iba a hacer después de mi vida. La verdad es que no sabía muy bien lo que veía y es incluso probable que no me creáis, pero yo lo intento, hay tantas cosas que se consiguen por tan solo el intento.

Es la primera vez que sueño algo semejante pero no será la única, dicen, que cuando tienes un sueño que te marca en tu día diario tiende a repetirse. Bueno, yo llevaba una túnica blanca, y estaba de pie, enfrente de un verja enorme y realmente brillante. Delante mío había una grandiosa cola de gente que pretendían entrar en lo que estaba vigilando. Me sentí orgulloso. Yo era la persona indicada para decir quién entraba y quien no entraba en el cielo. Era un sueño bastante extraño, porque la verdad, yo no creo en el cielo, ni en Dios, ni en nada semejante. Llegue a la conclusión, que yo sería el gran vigilante del cielo. El guardian. En mi recaería el condenar a los pecadores y salvar a los más sabios, ha sido uno de mis mejores sueños y aun que no crea en ello, me gustaría que se cumpliera.

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