viernes, 12 de noviembre de 2010

La oscura y extraña noche

- Hola, soy Raúl Hernández. –dije, igualmente los policías me miraban fijamente, dijera hola, adiós o cualquier insulto.

Pero igualmente proseguí, ayer noche se me acercó un hombre totalmente alborotado, les dije, juraría que tan solo estaba nervioso. Su vestimenta era realmente sucia, y si me hubiera acercado a él me hubiera caído desmayado, juraría que olía como 2 años en la calle. Chillaba y gritaba de mientras que se acercaba a mí, yo aún más nervioso quise hacer la distancia entre él, lo más grande posible. Sinceramente cuando ves que algo malo te puede suceder, sueles correr, esa es creo la acción más fácil, más cobarde y más empleada que el hombre ha inventado enfrente de una mala situación, y sabiendo que mi casa se encontraba a dos manzanas de mi ubicación, me dispuse a correr con todas mis fuerzas posibles. Os juraría que nunca he corrido tanto, mis músculos no sé si por el miedo, el cansancio, el resplandor de la noche o por pura voluntad propia se pararon en seco. Al notar esa acción, y saber completamente lo que podía ocurrir me eché al suelo, tumbado recé y pedí a Dios consuelo. Nunca he creído en Dios, ni en ninguna religión semejante, soy ateo, y después de salir de aquel momento, sigo siendo ateo, pero en lo que sí que creo, es que cuando estás en esos momento tiendes a creer en todo lo que te pueda salvar. Somos así de egoístas, me incluso yo también. Bueno, mientras lloraba me gire, no había nadie. A dos metros de allí hubo un asesinato, pero no lo sabía, me levante y fui hasta mi casa, creí que tan solo era una visión o un simple sueño, o una imagen de la oscura y extraña noche, eso es todo agentes.

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