viernes, 3 de febrero de 2012

¡El oro es tan pequeño!

¡El oro es tan pequeño, tan insignificante, tan nefasto y espeso, tan agrio y tan sucio! ¡Los sentimientos tan cortos! ¡Las palabras tan sordas! Las miradas tan escondidas y el silencio tan romántico… ¿Por qué estoy tan alegre, si nada de esto es cierto? Tu risa en cambio, vale más que el oro, es más intenso que un estúpido sentimiento. Contagiosa incluso más que las palabras, eterna y más apreciada que una mirada. Mientras besa se hace más fuerte que el silencio. ¡Tan alegre de que sea cierto!

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